Los trabajos comenzaron en abril de 2023 con una inversión de 60 millones de dólares y permitieron aumentar de 22 a 38 las puertas de embarque y duplicar las cintas para el retiro de equipajes.
Además, hay una nueva sala destinada al control de seguridad con una superficie de 948 metros cuadrados y una conexión entre la terminal nacional y el edificio D para embarques internacionales.
Según explicó Elizalde, el lugar se convertirá en un motor de la economía nacional, al pasar de 14 a 20 millones de pasajeros al año hacia y desde los distintos destinos del país.
Los beneficios no sólo serán para el desarrollo del turismo interno, sino también para el traslado de trabajadores a distintas regiones de Chile, aseguró.
Puso como ejemplo que en la actualidad buena parte de los viajes son hacia Calama y Antofagasta, en el norte del país, donde se realiza una intensa actividad minera vital para el progreso.
El titular del Interior agradeció la gestión encabezada por las carteras de Obras Públicas y Transporte e invitó a la población a disfrutar de estos servicios durante las fiestas patrias de septiembre.
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