La Dirección General del organismo advirtió en un comunicado sobre los planes castrenses para expulsar hacia el sur a un millón de civiles que viven en la norteña ciudad de Gaza.
Se espera que en las próximas semanas el Ejército inicie una gran ofensiva terrestre contra la principal urbe del enclave costero, aunque desde el pasado mes inició una fuerte ola de bombardeos y avances sobre varios de sus barrios.
“Seguimos con gran preocupación la decisión de la ocupación (Israel) de evacuar las gobernaciones de Gaza y del Norte, obligando a miles de residentes civiles a desplazarse por la fuerza”, recalcó la Defensa Civil.
También advirtió contra el uso de la fuerza contra agencias e instituciones humanitarias.
El organismo afirmó que las tropas de ese país destruyeron más del 85 por ciento de las viviendas y la infraestructura en los vecindarios de Shuja’iyya y Tuffah, y el 70 por ciento en Zeitoun, Sabra, Jabalia, Nazla y Balad.
También hay muchos daños en las ciudades vecinas de Beit Hanoun y Beit Lahia, apuntó.
Informes de organizaciones internacionales y de la ONU confirman que la llamada zona humanitaria, creada por el gobierno de Benjamin Netanyahu en la región meridional no supera el 12 por ciento de la superficie total de la Franja, subrayó.
La Defensa Civil afirmó que Israel “planea arrojar a más de dos millones de ciudadanos a una prisión cerrada, carente incluso de los requisitos más básicos para la vida humana”.
Al respecto, señaló que muchas personas desplazadas duermen en carreteras, calles y albergues, que necesitan 250 mil tiendas de campaña para reemplazar las que están desgastadas y dañadas.
Ante ese panorama, afirmó no estar en condiciones de brindar una respuesta humanitaria a la población debido a la destrucción de sus capacidades, equipos y vehículos como consecuencia de los ataques castrenses.
Hace unos días, el vocero del organismo, Mahmoud Basal, también condenó la planeada ofensiva terrestre contra la ciudad de Gaza.
La situación humanitaria en el enclave costero es “extremadamente difícil y catastrófica en todos los sentidos de la palabra, especialmente dadas las masacres en curso y la grave escasez de suministros y equipos médicos”, señaló.
Tras la aprobación de un plan del gabinete de seguridad israelí, Netanyahu ordenó la reocupación de la urbe como parte de un proyecto más amplio para controlar toda la Franja y presionar al Movimiento de Resistencia Islámica a aceptar sus condiciones.
Para tal fin, las Fuerzas Armadas israelíes comenzaron a llamar a las filas a unos 60 mil reservistas.
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