Las 55 vírgenes que componen la muestra del Premio Nacional de Artes Plásticas y la investigadora Meira Marrero fueron adquiridas en grupos de cinco en distintas ciudades de Cuba y cinco en Estados Unidos, donde la diáspora de la isla caribeña ha desempeñado un papel fundamental en la historia.
Meira Marrero explicó a Prensa Latina que la instalación, del año 2010, es el resultado de una beca de creación del Museo de Arte Contemporáneo The Mattress Factory de la ciudad estadounidense de Pittsburgh, Pensilvania, para la segunda edición de la exposición de arte cubano contemporáneo Queloides.
Esta última hacía referencia a la raza, a la identidad y nuestra mejor manera de hablar de ambas fue hacerle un altar a la Virgen, detalló Marrero.
El hecho de que dos artistas se refieran a la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de nuestro país, es un modo de hablar también de la identidad y una síntesis de la cubanidad, reflexionó Jorge Antonio Fernández, director del MNBA, en declaraciones a Prensa Latina.
Todo en Ave María denota simbolismo; las vírgenes están sobre una tabla con un telón azul debajo (el mar) porque la leyenda dice que fue así como apareció ante los cubanos.
Algunas tienen la capa azul, porque son una evocación a la Virgen María, pero otras la tienen amarilla, debido al sincretismo religioso que la convierte en Oshún, diosa del panteón yoruba.
Son 55 vírgenes y en cada lugar recogimos cinco vírgenes porque ese es el número de Oshún; de ahí la elección de los múltiplos; 15 años cumple este año la obra y se inauguró un 15 de octubre (mes 10), destacó Meira Marrero.
En la tabla aparece además un fragmento en inglés y español del discurso de José Martí, Héroe Nacional de Cuba, a los tabaqueros que recolectaban fondos para la guerra de independencia, en el liceo de Tampa, Estados Unidos, en 1891.
«… o la república tiene por base el carácter entero de cada uno de sus hijos o la república no vale una lágrima de sus mujeres ni una sola gota de sangre de sus bravos», dice.
El texto de Martí, la Virgen, es una síntesis de lo que puede ser Cuba; un canto a la resistencia, como decía el escritor Lezama Lima, y son tiempos de salvación y su signo es una fogosa resistencia; es la fe, la espiritualidad, la esperanza y el amor a Cuba, expresó Fernández. Por eso creo que estando en este museo, es un homenaje a la cultura de este país, venga de donde venga; esa virgen es un himno por la unidad de todos los cubanos, estén donde estén, finalizó.
Tras una peregrinación por ciudades nacionales e internacionales, la instalación forma parte ahora de la colección del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, aunque se desconoce si se mantendrá resguardada en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes.
La instalación estará abierta al público hasta el próximo 21 de septiembre en la prestigiosa institución cultural.
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