La Dirección de Programas Policiales Preventivos de esa cartera aprobó también fijar multas contra la exhibición o distribución sin autorización de esos programas en los mencionados medios, añadió el periódico.

Esos espacios y formatos afines influyeron en niñas, niños y adolescentes, al convertir a figuras del crimen en modelos aspiracionales, denunciaron los representes del MSP Manuel Cartín y Ania Cubillo, en una audiencia de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico del Congreso.

Los funcionarios plantearon regular los horarios y contenidos, y utilizar los mensajes de interés público de las concesiones de radio y televisión para contrarrestar esos relatos, mediante campañas cívicas, artísticas y deportivas, señaló Diario Extra.

Cartín aludió a la influencia del mimetismo social, ya que las personas replican conductas predominantes, por lo que solicitó, además de restringir la promoción del delito ya prohibida por ley, visibilizar referentes positivos y cambiar el “estatus aspiracional” hacia la legalidad mediante el arte, el deporte y el emprendimiento comunitario.

Cubillo, por su parte, agregó a lo anterior –según Diario Extra- que la prevención requiere un esfuerzo interinstitucional sostenido con la Universidad, junto a los Institutos Tecnológico y Nacional de Aprendizaje y el Mixto de Ayuda Social, y subrayó que “la escuela siguió siendo un punto crítico de intervención”.

Los diputados consultaron sobre el alcance real de la regulación frente al creciente consumo de esos productos culturales en las redes sociales, pidieron más financiamiento para prevención y exigieron mediciones por territorios.

Las autoridades del MSP llamaron durante la audiencia de la Comisión de Seguridad y Narcotráfico a un abordaje integral, mediante la regulación proporcionada de contenidos, campañas permanentes en los medios, ampliación de ligas atléticas y capacitación de oficiales en el Ministerio de Educación Pública.

Los planteamientos de esas instituciones estatales y parlamentarias responden al incremento en los últimos años del narcotráfico en la sociedad costarricense, que elevó también la proliferación de armas de fuego en posesión de bandas criminales y el consiguiente aumento del delito en el país, sobre todo los asesinatos y ataques en cualquier lugar y hora.

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