La petición está respaldada por un informe clínico que recomienda la extirpación de lesiones cutáneas menores.

Según los médicos, el procedimiento será ambulatorio, sin necesidad de hospitalización y con alta clínica en el mismo día.

Bolsonaro, bajo arresto domiciliario desde el 4 de agosto por orden de De Moraes, enfrenta restricciones impuestas tras supuestamente incumplir medidas cautelares.

Entre ellas figura la prohibición del uso de redes sociales, dictada en julio y presuntamente vulnerada.

La defensa rechaza cualquier acusación de desobediencia y asegura que el exmandatario ha colaborado con todas las investigaciones judiciales. Además, el equipo jurídico pide que se reconsidere su reclusión en casa, alegando que Bolsonaro ha comparecido a todas las diligencias convocadas por la corte.

El caso médico surge en una semana crucial para el futuro del político ultraderechista.

A la par del pedido de atención sanitaria, Bolsonaro encara un juicio en el Supremo Tribunal Federal (STF) que podría definir su responsabilidad en un intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.

La Fiscalía General sostiene que el exgobernante (2019-2022), junto a siete aliados cercanos, articuló un plan para socavar el Estado Democrático y alterar el resultado electoral luego de perder en urnas ante el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

El proceso incluye pruebas documentales, declaraciones de testigos y registros electrónicos decomisados durante la investigación.

Movimientos sociales y sectores políticos exigen que el Supremo imponga sanciones ejemplares. Para ellos, el juicio representa un momento clave en la defensa de la democracia y un precedente para futuros casos relacionados con amenazas institucionales.

Los aliados procesados ocupaban posiciones estratégicas en el Gobierno y en las Fuerzas Armadas. Analistas señalan que, de ser condenados, las consecuencias políticas alcanzarán no solo a Bolsonaro, sino también a su red de apoyo dentro y fuera del Congreso Nacional.

Desde mañana, el STF reanudará el juicio con la lectura del voto de De Moraes, ponente del caso. La expectativa es que su posición sea decisiva en la configuración del fallo final contra los acusados.

El veredicto definitivo podría conocerse antes del viernes. Los magistrados de la primera sala del juzgado superior deberán establecer la tipificación de los delitos, individualizar las penas y definir el futuro inmediato de Bolsonaro y sus siete colaboradores procesados.

rc/ocs