La violencia del sicariato (asesinato por encargo) en el país deviene cada vez más impredecible, al punto de que cualquier persona puede convertirse en víctima por error, declararon expertos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), citados por la televisora.
Las autoridades citaron casos ejemplos de esas dualidades con saldos mortales como el del mecánico Jean Carlo Mora, ultimado el 7 de julio por gatilleros que lo confundieron con el dueño de un vehículo conducido por él para su reparación.
Otra víctima colateral fue el funcionario del Ministerio de Salud Eugenio Androvetto, quien estaba dentro de un bar en esta capital y un atacante creyó que era la persona escogida para el sicariato y lo abaleó dentro del establecimiento.
Dichas situaciones pueden ocurrirle a cualquiera, “usted, yo, que andemos en la calle, a cualquier hora del día, en nuestra propia casa, en la vía pública, en un autobús. Esa es nuestra realidad y no se avizora que vaya a cambiar en la inmediatez», declaró el subdirector del OIJ, Michael Soto.
Expertos como el investigador criminal Rogelio Ramírez, por su parte, atribuyen entre las causas de esas confusiones a la impericia de los tiradores, pues los grupos criminales reclutan a jóvenes con poca experiencia y ello aumenta el margen de error en los ataques.
“Ya no hay espacios seguros –estima el experto- y la realidad lo demuestra, ya sean restaurantes, hospitales, edificios públicos. Si no se considera este fenómeno en su verdadera gravedad, se ubicará en apenas un escalón más abajo de lo que es el terrorismo”.
Según fuentes oficiales, Costa Rica acumula ya este año unos 600 asesinatos, cuyo aumento es achacado por los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y por la población al aumento del narcotráfico, con la consiguiente proliferación de bandas criminales y armas de todo tipo.
jha/apb





