La víspera, el Ejército Ucraniano lanzó un ataque con uso del dron contra el parque Gulliver de Donetsk, donde estaba mucha gente con niños, como resultado del cual resultaron heridas seis personas, incluido un menor nacido en 2011.
Es un crimen sangriento cometido premeditadamente por los militares ucranianos contra habitantes pacíficos de Rusia. Al lado de ese parque no hay ni hubo ninguna instalación militar. El ataque estuvo dirigido contra los niños y sus padres, comentó la diplomática.
Añadió que es muy obvia la aspiración de Kiev «de aumentar la intensidad de la confrontación militar y frustrar cualquier intento de solución pacífica del conflicto».
Instamos a la comunidad internacional a dar una evaluación adecuada de semejantes fechorías de la junta neonazi de Kiev, que las sigue perpetrando mientras goza del apoyo ilimitado por parte de sus patronos occidentales, acotó la portavoz.
Zajárova destacó que «el silencio en respuesta a la barbarie de los actuales seguidores de Bandera (ultranacionalista ucraniano) y de sus títeres de las llamadas democracias civilizadas es una manifestación de su complicidad».
Rusia se reserva el derecho para dar una respuesta adecuada a ese ataque terrorista y al mismo tiempo reitera su invariable apego a buscar la solución del conflicto mediante un diálogo constructivo, subrayó.
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