Familia Moas y su legado en Series Nacionales en Cuba

Camagüey, Cuba, 9 sep (PL) Leonel Moas y su hijo Leonel Moas Acevedo forjan un legado especial en el béisbol cubano, comparten hoy roles como entrenador y pelotero en la Serie Nacional, basado en la exigencia y herencia familiar.

El padre, quien conectó 272 jonrones y acumuló mil 367 hits en su carrera, señaló: «Él lleva aproximadamente 50 jonrones. Para superar mis números, debe mantener la disciplina que lo caracteriza».

Añadió uno de los entrenadores de bateo del equipo de Los Toros, que su hijo «tiene el potencial para alcanzar los hits si sigue este ritmo».

Resulta además oportuno comentar que Leonel Moas padre fue el primero en conectar cuatro cuadrangulares en un desafío, hazaña que también igualó Omar Linares, el ícono del béisbol cubano en Series Nacionales.

El joven pelotero que este año estuvo de refuerzo de Las Tunas en la Liga Élite reconoció el peso de la herencia: «Su récord de cuatro jonrones en un solo juego es un impulso para mí. Busco honrar esa historia con mi propio rendimiento».

Actualmente, el jardinero central trabaja en «mejorar el robo de bases, un área donde aún debo desarrollarme».

El miembro del cuerpo de dirección enfatizó en la igualdad del trato: «Exijo más a él precisamente por nuestro vínculo. Los números no mienten: para llegar lejos, necesita perfeccionar detalles técnicos».

Reveló que su hijo «tiene la velocidad, pero debe aprender a anticiparse para convertirse en un robador de bases eficaz».

Sobre las metas inmediatas, el pelotero explicó: «El año pasado nos quedamos cortos. Ahora trabajamos desde el primer día para alcanzar un rendimiento que nos permita llegar más lejos en la serie».

El progenitor concluyó con una reflexión: «El béisbol es un juego de números y paciencia. Sus 50 jonrones son solo el inicio. Confío en que, con determinación, escribirá su propia leyenda».

La dinámica de los Moas ejemplifica cómo las estadísticas y el legado familiar se entrelazan en el diamante cubano.

El director, quien durante su carrera demostró una notable consistencia en el bateo, destacó: «La clave no está solo en conectar jonrones, sino en la regularidad. Mis más de mil hits no llegaron por casualidad, sino por trabajo diario. Él debe entender que cada turno al bate cuenta».

Sobre el desarrollo técnico de su hijo, el preparador profundizó: «Más allá de los números, veo que necesita mejorar su lectura del juego. Robar bases no es solo correr rápido; es sobre timing y estudiar a los lanzadores. Actualmente tiene 70 por ciento de efectividad en robos, pero puede llegar al 90».

El joven pelotero, consciente de las expectativas, admitió: «Sé que mis 50 jonrones son apenas el 18 por ciento de lo que logró mi padre. Pero cada día trabajo en mi swing para aumentar mi promedio de bateo».

Cerrando con una mirada al futuro, Moas sentenció: «Las estadísticas son el termómetro del éxito en este deporte. Si mantiene su progresión lo importante es que entienda que los números son consecuencia, no el objetivo final».

rc/fam

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