De acuerdo con la Secretaría de Comunicación del Gobierno, el individuo, identificado como Leonildo dos Santos Fulgieri, escaló la valla que rodea el edificio alrededor de las 03:30, hora local, y avanzó hacia la rampa principal que conduce al segundo piso.

Agentes del Gabinete de Seguridad Institucional intentaron detenerlo mediante advertencias verbales, pero ante la desobediencia optaron por disparar balas de goma, impactando al intruso en la pierna y la cadera.

Tras ser inmovilizado, fue conducido a la sede de la Policía Federal (PF), donde prestó declaración.

La PF informó que el caso fue tipificado como resistencia y desobediencia y remitido al Tribunal Especial Federal.

Además, el sospechoso fue sometido a atención médica y a una evaluación psiquiátrica, aunque no se revelaron mayores detalles sobre su testimonio.

Horas antes del incidente, la Policía Militar ya había recibido un aviso sobre un intento del mismo hombre de ingresar al Planalto.

Según los agentes, Fulgieri era conocido por protagonizar episodios similares y mostraba señales de desorientación mental. Había sido trasladado a la quinta Comisaría de Brasilia, donde se registró una denuncia, pero fue liberado.

El historial del detenido revela un patrón de intentos de invasión en edificios públicos situados en la Plaza de los Tres Poderes.

Por ejemplo, el lunes procuró acceder al Senado Federal, asegurando a los guardias que ocuparía «el trono», en referencia a la silla del presidente de la asamblea. La acción fue frustrada sin consecuencias legales.

El Palacio de Planalto, símbolo institucional de Brasil, ha visto reforzada su seguridad en los últimos meses. En 2023, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ordenó retirar las vallas colocadas durante el Gobierno de Dilma Rousseff, pero la decisión duró poco.

Solo en 2025 las barreras fueron reinstaladas en al menos dos ocasiones para reforzar el perímetro.

El episodio de esta madrugada reaviva la discusión sobre la seguridad del centro del poder brasileño y la recurrencia de intentos de irrupción en espacios emblemáticos como el Senado y el Congreso Nacional.

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