Sostuvo que la Unión Europea (UE) debe adoptar el voto por mayoría cualificada en áreas específicas para actuar con mayor celeridad y eficacia, abandonando la práctica actual que exige consenso total.

Expertos consideran que la iniciativa, planteada inicialmente en 2022, busca evitar que países disidentes como Hungría bloqueen decisiones clave sobre Ucrania y sanciones.

Analistas señalan que, de aprobarse, la UE podría ignorar la postura de Budapest, que se opone al ingreso ucraniano y al reforzamiento de medidas contra Rusia.

Críticos argumentan que tal cambio concentraría aún más el poder en las capitales principales, debilitando la soberanía de los Estados miembros más pequeños.

La propuesta enfrenta un arduo camino, pues requeriría la modificación de los tratados fundacionales, un proceso que necesita justamente la unanimidad de los veintisiete.

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