El funcionario intervino en el marco del Día Mundial de la Prevención contra el Suicidio, en evento organizado por los ministerios de Desarrollo Social y de Salud Pública, y de la comisión nacional honoraria de prevención de ese flagelo.
Lasa afirmó que desde el gobierno se pretende construir alternativas de política pública para “afirmar la vida».
“Muchas veces no es que queremos terminar con nuestra vida, sino que lo que estamos haciendo es buscar otra forma de vivir”, apuntó.
“Vivimos en una sociedad ansiógena, estresante, agobiante, hiperestimulante”, consideró.
Agregó que “una forma de afirmar la vida es construir y mejorar las políticas salariales”, para que las personas “no se sientan ahogadas”.
La tasa de suicidio en 2024 fue de 21,35 por cada 100 mil habitantes, lo que representa una leve disminución respecto al pico registrado en 2022 (23,2).
Sin embargo, la tendencia general desde el año 2000 continúa en ascenso.
El análisis por sexo muestra una diferencia persistente: en 2024, la tasa fue de 33,3 en hombres y 10,1 en mujeres, una brecha que se mantiene de forma consistente desde el año 2000.
Respecto a la distribución por edad, las tasas más altas se registraron en personas mayores. En el grupo de 85 a 89 años fue de 38,2 por 100 mil habitantes, seguido por los mayores de 90 años (37,6).
El tercer lugar lo ocupó el grupo de 20 a 24 años, con una tasa de 33,2, la más alta registrada históricamente para esta franja etaria.
Tal dato subraya la necesidad de continuar fortaleciendo las estrategias de prevención dirigidas a personas jóvenes, según Laza.
Sobre los intentos de autoeliminación, la tasa en 2024 fue de 161,74 por cada 100 mil habitantes.
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