Según el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Malí (Fama), en un comunicado sobre los ataques dado a conocer la víspera, las operaciones militares continúan con éxito en varias partes del territorio nacional.
Asimismo se dijo que fueron confiscadas armas, motocicletas y una veintena de teléfonos móviles.
Los militares exhortaron a la población a mantener una mayor vigilancia para apoyar la búsqueda y neutralización de los islamistas, así como la seguridad de sus bienes.
Facciones como el denominado Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (Jnim), la filial de Al Qaeda en el Sahel, se adjudicaron los últimos ataques contra convoyes que traen combustible del vecino Senegal.
Recientemente, el denominado Jnim dijo haber tomado dos puestos del Ejército maliense en la zona de Wabaria, en el área de Gao y Douentza, en el sureste del país.
Malí también enfrenta a la coalición de grupos tuaregs, conocidos como bereberes, empeñados en lograr la separación de la región norte del resto del país para crear un Estado independiente.
Nación del Sahel, Malí vive sumido en una profunda crisis política, acrecentada luego de sucesivos golpes de Estado ocurridos en agosto de 2020 y mayo de 2021, y es afectado también por continuas agresiones de grupos armados islamistas.
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