El desborde de la corriente fluvial esta tarde en la zona comercial de Escazú en el occidente metropolitano puso también en riesgo algunos de esos negocios, sobre todo el supermercado El Niño, a unos 75 metros al este del cauce, añadió el periódico.
La televisión nacional difunde esta noche imágenes de la acción de las aguas en esa y otras regiones del país víctimas de las precipitaciones, combinadas con tormentas eléctricas, aportes de humedad de la Zona de Convergencia Intertropical y una vaguada en niveles altos de la atmósfera, agregó.
Personal de la Cruz Roja Costarricense movilizó hacia el lugar una unidad especializada de primera intervención, además de una ambulancia básica y otra avanzada, para atender eventuales emergencias.
Según las fuentes, la situación continúa en desarrollo y las autoridades mantienen la atención en la zona para descartar riesgos adicionales.
Costa Rica acumula hasta hoy inundaciones con daños severos en la mayoría de sus siete provincias, sobre todo en la nororiental Limón, las norteñas Heredia y Alajuela y la sureña Puntarenas, aunque sin fallecimientos, según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN).
Esas perturbaciones generan condiciones inestables, sobre todo en regiones del Pacífico, el Valle Central, la Zona Norte y las montañas del Caribe, con acumulados de hasta 90 milímetros y vientos de 80 kilómetros por hora en algunos puntos, con afectaciones materiales sin cuantificarse hasta ahora, añade un reporte del ente climatológico.
Las secuelas de las inundaciones son más graves por los extensos territorios vulnerables en la Zona Norte, la Península de Nicoya y del Pacífico Central y Sur, por su intensa saturación a causa de anteriores precipitaciones, ahora cada vez más frecuentes, que aumentan también la propagación del agua en las ciudades por las corrientes del alcantarillado, agrega el IMN.
Los fuertes aguaceros comenzaron desde esta mañana en zonas como esta capital y los sectores de Upala, Guatuso y Los Chiles, en el norte de Alajuela, con acumulados de unos 30 milímetros durante las últimas horas, así como en zonas montañosas y costas del Pacífico.
Los efectos de las inundaciones, con sus consiguiente destrucción de instalaciones por crecidas de ríos, derrumbes y deslizamientos, empeoran porque también interrumpen el transporte por caminos calles, carreteras y rutas principales de todo el país, cuyas labores de reparación atrasan el paso de vehículos, sobre todo los que cumplen funciones vitales.
El Río Chiquero, cuya crecida afecta este sábado a la capital, tiene tradición de fuertes desbordes que hace tiempo causan preocupación a los vecinos, por la fuerza del agua y el riesgo de que arrastren los muros de contención, según documentan actas de la Municipalidad de Escazú, precisó el periódico.
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