El público presente en la Arena Riga disfrutó de un gran espectáculo, que terminó in extremis al quedarse corta la rebelión finesa, con 33 cartones en el último cuarto.
Si Antetokounmpo fue una vez más enorme para los griegos, también hizo muchos méritos como de costumbre en el torneo la figura de los escandinavos Lauri Markkanen con su triple doble: 19 puntos, 10 rebotes e idéntica cantidad de asistencias.
Los helénicos sumaron su sexta presea en el baloncesto europeo, dos de oro, una de plata y tres de bronce.
Para Finlandia las palmas por una actuación histórico, al terminar por primera vez entre los cuatro grandes, con la satisfacción además de haber mandado a casa a una de las favoritas precompetencia, la Serbia de Nikola Jokic.
Esta noche Türkiye y Alemania, vigente campeona mundial, discutirán la corona en una final inédita.
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