El llamado tiene lugar en el contexto de la campaña por la celebración este miércoles 17 de septiembre del Día Mundial de la seguridad del paciente, que persigue visibilizar y reducir los riesgos asociados a la atención médica pediátrica y neonatal.
Según los expertos los recién nacidos y niños son muy vulnerables y enfrentan mayores riesgos de daño en entornos de atención médica debido a su rápido desarrollo, necesidades específicas y dependencia de cuidadores y sistemas de salud.
Alertan, además, que un solo error en la atención médica puede tener consecuencias de por vida para la salud y el desarrollo de un niño.
Para el doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS, “cada recién nacido y cada niño merece cuidados seguros y de calidad desde el primer momento de vida”.
“En nuestra región, errores evitables como fallos en la medicación, diagnósticos erróneos o infecciones asociadas a la atención de la salud amenazan el futuro de los más vulnerables”, dijo, por lo que llamó a cerrar estas brechas y fortalecer los sistemas de salud para protegerlos.
Datos del organismo sanitario muestran que en América Latina y el Caribe, en 2020, el 8,9 por ciento de los nacidos vivos —más de 800 mil bebés— fueron prematuros o pequeños, enfrentando riesgos elevados de condiciones prevenibles como sepsis, anomalías congénitas y complicaciones intraparto.
En tanto, la mortalidad neonatal representa más del 50 por ciento de las defunciones infantiles en la región, con la prematuridad y la sepsis entre las principales causas. Esta realidad exige atención hospitalaria 24/7, capacitación continua del personal y participación activa de las familias.
Además, medidas simples impulsadas por la OPS como el lavado de manos, la administración de esteroides antenatales, o el contacto piel a piel (método canguro) podrían evitar una proporción significativa de fallecimientos en bebés prematuros.
A nivel global, la Organización Mundial de la Salud estima que uno de cada 10 pacientes sufre daños —que son prevenibles— en entornos de atención médica, debido a errores en la prescripción de medicamentos, en el diagnóstico o a infecciones asociadas con la atención.
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