El tren que conecta al emporio arqueológico a Cusco, capital de la región del mismo nombre, suspendió el fin de semana último sus operaciones debido a una protesta de poblaciones del trayecto motivadas por el cambio de la empresa que transporta a los turistas desde la estación del tren hasta la construcción inca.
La tregua gestionada por el representante de la Defensoría del Pueblo, Oscar Luque, dijo que los manifestantes que bloqueaban desde el fin de semana último la vía férrea aceptaron una tregua de 24 horas para la evacuación de los visitantes.
Ante el conflicto, el gobernador de la región de Cusco, Werner Salcedo, culpó de la crítica situación, que incluye otros problemas, al Ministerio de Cultura, el Viceministerio de Turismo y otros organismos nacionales.
Demandó que el gobierno regional y los municipios asuman la gestión del turismo en ese territorio, lo que no fue aceptado en una reunión convocada por la viceministra de Turismo Desilú León, en la que participaron representantes de empresarios del turismo y los alcaldes involucrados.
Salcedo se retiró disgustado y no participó en la mesa de prensa en la cual la viceministra, preguntada sobre la posición del gobernador, dijo que la reunión solo trató el problema de la empresa de autobuses que trasladan a los turistas a la cumbre de una montaña donde se yergue la ciudad de piedra.
León admitió tácitamente que el diálogo no logró acuerdos pues, dijo, hay que seguir conversando y el alcalde de la provincia de Urubamba, Ronald Vera, declaró que la reunión quedó a la espera de decisiones del Gobierno.
Vera es uno de los protagonistas del conflicto por el servicio de autobuses con la municipalidad distrital de Machu Picchu Pueblo y exige que se cumpla la ley, según la cual la contratación del citado servicio corresponde a las atribuciones de la alcaldía provincial.
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