La protesta, convocada por la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), comenzó en el campus universitario de la casa de altos estudios capitalina y avanzó hacia el Centro Histórico con consignas como “Fuera Noboa, fuera” y “Ecuador no es tu hacienda, no la vas a destruir”.

Al reclamo estudiantil se sumaron colectivos sociales, trabajadores y miembros de la Unión Nacional de Educadores (UNE), quienes advirtieron que el incremento del precio del combustible golpeará el bolsillo de las familias, encarecerá la canasta básica y afectará al transporte público.
Lo que comenzó como una movilización pacífica terminó con incidentes, pues agentes policiales dispersaron a los manifestantes con gases lacrimógenos tras forcejeos y lanzamiento de piedras.
La FEUE advirtió que las manifestaciones continuarán y acusó al Gobierno de “dictadorzuelo” por tomar decisiones que, según afirman, afectan directamente a los más pobres.

El Ejecutivo defendió la eliminación del subsidio como una forma de ahorro que permitirá reducir el gasto en mil 100 millones de dólares y ofreció compensaciones temporales a transportistas y agricultores.
No obstante, grupos sociales advirtieron que eso es una medida temporal y a la larga se elevará el precio de la canasta básica y el costo de la vida en general.
El asambleísta Héctor Rodríguez, de la Revolución Ciudadana, advirtió que “provocará una inflación entre el seis y el 18 por ciento que se reflejará en los precios finales de los productos”.
En medio del descontento, con bloqueos de carreteras y movilizaciones populares ya programadas para esta semana y la próxima, Noboa trasladó la sede del Ejecutivo fuera de Quito, a Latacunga, capital de la provincia de Cotopaxi, y emitió un nuevo decreto de estado de excepción.
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