Según el boletín médico, continuará bajo seguimiento clínico y deberá someterse a reevaluaciones periódicas.
Bolsonaro ingresó este martes tras presentar vómitos, mareos, presión arterial baja y un episodio de pre-síncope. De acuerdo con el parte, los síntomas mejoraron después de hidratación y tratamiento intravenoso.
También el informe de los facultativos señaló que el análisis patológico de las lesiones cutáneas retiradas el domingo reveló la presencia de carcinoma de células escamosas «in situ» en dos de las ocho extirpadas, lo cual exige control constante.
Durante la mañana de este miércoles, el exmandatario, que cumple prisión domiciliaria desde el 4 de agosto, ya mostraba una «mejora parcial» y se sometió a una resonancia magnética de cráneo.
En todo momento estuvo acompañado por la ex primera dama Michelle Bolsonaro, mientras agentes penitenciarios uniformados y de civil reforzaban la seguridad en el hospital.
La noche del martes, el senador Flávio Bolsonaro, quien visitó a su padre, atribuyó el deterioro de su salud a lo que calificó de «masacre psicológico» derivado de las decisiones del ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes.
Detalló que su progenitor sufrió una «fuerte crisis de hipo, dificultad respiratoria, vómitos en proyectil de hasta dos metros y presión baja», lo cual motivó su traslado de urgencia. Según el legislador, Bolsonaro estaba deshidratado y recibiendo suero por vía intravenosa. La internación ocurrió dos días después de que Bolsonaro fuera sometido a una cirugía dermatológica para extraer manchas y lesiones en la piel, procedimiento tras el cual fue diagnosticado con anemia ferropénica y secuelas de una neumonía reciente por broncoaspiración. El episodio ocurre en medio de la delicada situación judicial del exgobernante ultraderechista. La semana pasada, la primera sala del STF lo condenó junto a siete de sus aliados a 27 años y tres meses de prisión por liderar un plan de golpe de Estado.
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