Los cortes están contemplados en la propuesta de Presupuesto para el próximo año fiscal, la cual Milei presentó la noche del lunes y giró al Congreso para su debate.
En ese anteproyecto de la llamada Ley de Leyes el ejecutivo propone derogar el inciso 1 del Artículo 4° de la Ley 27.565 impulsada por el exministro de Defensa, Agustín Rossi, que establecía asignar el 0,8 por ciento de los ingresos corrientes previstos en el Presupuesto Anual Consolidado del sector de la Defensa.
Al eliminarlo, desaparece la garantía de financiamiento progresivo que le daba previsibilidad en los gastos a través de ese instrumento y que buscaba asegurar un flujo constante de recursos para reequipamiento militar, advirtió a la revista La Política OnLnie (LPO), el docente de la Universidad de Buenos Aires y especialista en temas militares, Sergio Eissa.
El especialista alerta que «ese aporte del Fondo Nacional de la Defensa es adicional al presupuesto ya previsto para las Fuerzas Armadas, que para el año que viene va a tener una caída en términos reales».

«Al derogar este inciso, el fondo queda dependiente de las donaciones que hagan personas físicas y jurídicas, y de financiamiento externo, que es lo único que podría continuar sosteniendo la compra de los cazas F-16. Queda concentrando todo el tema del equipamiento en este sistema de armas», añadió.
“La pregunta que nos hacemos es cómo se va a sostener la adquisición de los F-16. El combustible, el aceite, todo lo que implica volar esos aviones para que nuestros pilotos se puedan adiestrar, con una caída del presupuesto en términos reales para el año que viene, ¿cómo van a volar?”, cuestionó.
LPO adelantó que existen dudas respecto de la llegada de los F-16 porque se adquirió mediante el Programa de Ventas Militares el Extranjero (FMS) cuya condición primordial es pagarlo y no hay certezas que eso ocurra en el corto plazo. Además, la operación esa operación “bajo un sospechoso secreto militar que aumenta el escepticismo y la incertidumbre”.
«Por otro lado, ¿qué pasa con el resto de las necesidades y equipamientos de las Fuerzas Armadas? Para eso estaba el FONDEF», advirtió Eissa.
Esta propuesta de recorte tiene lugar en medio de un profundo malestar de los militares por la grave crisis de funcionamiento de la obra social que ya no cubre tratamientos para enfermedades graves, la falta de cumplimiento de la política de mejora salarial que obligó a cerca de 20 mil efectivos a buscar otro trabajo.
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