Guterres resaltó la importancia de la cita, que comenzó esta jornada en Kazajstán, para el intercambio entre culturas y denominaciones religiosas.
Además, consideró más relevante que nunca la necesidad de impulsar los lazos y conversaciones, en especial ante el aumento de los conflictos, las desigualdades, la crisis climática y las divisiones geopolíticas.
Tenemos que tender puentes en nuestro mundo fracturado. Eso es exactamente lo que están haciendo. Su lema, Sinergia para el Futuro, es un poderoso recordatorio de que las diferencias pueden ser una fuente de fortaleza y que los puntos en común siempre están al alcance, afirmó.
Los líderes religiosos y espirituales son esenciales para forjar eso. Sus enseñanzas guiaron a miles de millones de personas a lo largo de los siglos y hoy sus voces pueden contrarrestar la intolerancia e inspirar esperanza, añadió.
Además, reiteró su llamado a promover la dignidad, entendimiento mutuo y paz.
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