Según un comunicado de Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo), la cita tuvo por sede el Parlamento Latinoamericano y Caribeño, encabezada por el ministro de la Presidencia, Juan Carlos Orillac.
En el encuentro entre ministros, entidades regulatorias y organismos multilaterales, Orillac indicó que el proyecto representa un esfuerzo económico y técnico de gran magnitud, con una inversión importante que dará a los dos países seguridad energética, estabilidad en el suministro y nuevas oportunidades de competitividad regional.
A su turno, el secretario nacional de Energía, Rodrigo Rodríguez, dijo que por más de 20 años se ha escuchado hablar de esta megaobra, pero es en la actual gestión que se ve algo en firme y donde ambos países están trabajando de manera conjunta.
En tanto, el ministro de Minas y Energía de Colombia, Edwin Palma, señaló que este proyecto no es solo energético, “es integración regional, desarrollo social y seguridad para nuestros pueblos”.
También intervinieron el viceministro de Ambiente de Panamá, Oscar Vallarino, y la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Irene Vélez, resaltando la importancia de la sostenibilidad y la protección ambiental en este proyecto.
La agenda incluyó presentaciones técnicas de organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF), así como la exposición del estado actual del proyecto por parte de la Interconexión Colombia–Panamá (ICP), a cargo de su gerente general, Jorge Jaramillo.
A saber el costo estimado del proyecto es de 800 millones de dólares. Tendría una extensión total de 500 kilómetros, 220 en Panamá, 150 en Colombia y un tramo marino de 130 kilómetros.
La Interconexión Colombia–Panamá se perfila como una de las obras más relevantes para la integración energética de América Latina, combinando visión estratégica con impacto social.
En diciembre del año pasado, especialistas de ambas naciones reunidos en el istmo comentaron los alcances de este sistema de trasmisión con una capacidad de transportar 400 megavatios.
Refirieron entonces el uso de tecnología de punta, la inclusión de un cable submarino en el Choco biogeográfico colombiano y una red terrestre que atravesaría la selva de Darién y la comunidad Guna Yala, lo cual significa un ejemplo de cuidado del medioambiente y respeto a las comunidades involucradas.
Antes de comenzar, se necesita el consentimiento de las comunidades originarias, consulta que se realizan en cada pais.
En declaraciones a Prensa Latina, el canciller Javier Martínez- Acha indicó que ojalá en 2026, cuando en Panamá se conmemore el Bicentenario del Congreso Anfictiónico (1826), legado de integración del Libertador Simón Bolívar, se haya dado este primer paso con la interconexión energética latinoamericana para beneficio de sus pueblos.
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