Considerada una obra de arte monumental, “Tindaro” se remató por un valor de 1,62 millones de euros, alcanzando un precio histórico.
La obra del polaco Mitoraj lleva décadas fascinando a críticos y a público de todo el mundo, y sus esculturas colosales, que a menudo representan cuerpos y rostros fragmentados, evocan antiguas tradiciones, y al mismo tiempo, son portadoras de una carga contemporánea.
En una entrevista con Euronews, la biógrafa del artista, Agnieszka Stabro, afirmó que cree que es un gran logro.
Se trata de un momento en el que los polacos redescubren a Mitoraj. Tengo mucha curiosidad por ver hasta dónde llega esta fascinación, pero para mí lo más importante es que estamos devolviendo a Mitoraj a Polonia, puntualizó la especialista.
El regreso del monumentalismo a Polonia revive con “Tindaro”, una una cabeza gigantesca de un hombre joven fundida en bronce, con una altura de 407 cm.
Fue esculpida en 1997 por encargo de la consultora internacional KPMG.
Originalmente se encontraba frente a la sede de esta empresa en La Défense, moderno distrito de negocios de París y durante 20 años formó parte integrante del paisaje arquitectónico del considerado Manhattan parisino.
“Tindaro” es una de las creaciones más impresionantes de Mitoraj, no solo por su tamaño, sino también por su forma; la parte trasera de la escultura contiene dos pilares unidos por una viga, relieves, un mascarón que alude a la “boca de la verdad”.
Esto convierte a “Tindaro” en algo más que un retrato, en una estructura en la cual la obra interior y exterior entablan un diálogo, apuntó la casa de subasta Polswiss.
Simbólicamente el nombre “Tíndaro” hace referencia a la figura del rey de Esparta, padre de Helena de Troya, lo que inscribe a la pieza en la tradición mitológica, a menudo presente en la obra del artista.
Traer “Tíndaro” de París a Varsovia no fue solo una transacción comercial, precisó Stabro en la biógrafa del artista; es un acontecimiento cultural que permite a los residentes y al público interactuar a diario con esta escultura monumental, creando un contexto local de reflexión sobre el patrimonio, la belleza y el tiempo.
Igor Mitoraj, en realidad Jerzy Makina, nació el 26 de marzo de 1944 en Oederan (Alemania). Su madre era una mujer polaca obligada a trabajar en Alemania; su padre, un soldado de la Legión Extranjera francesa, también de origen polaco.
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