Según datos oficiales citados por la agencia SANA, los alumnos están distribuidos en unas 12 mil escuelas en diversas gobernaciones.

Las autoridades completaron labores de mantenimiento, instalación de mobiliario e infraestructura sanitaria, así como campañas de desinfección, con el objetivo de crear condiciones adecuadas en los centros educativos.
Este reinicio del ciclo escolar se da en un contexto de profunda crisis humanitaria.
De acuerdo con el más reciente informe de Unicef sobre Siria, publicado hoy, alrededor de 7,4 millones de niños en el país requieren algún tipo de asistencia humanitaria.
En el ámbito educativo, más de 106 mil estudiantes se han beneficiado de programas de compensación educativa y educación infantil temprana, según el organismo de Naciones Unidas.
El retorno a las aulas en Siria no solo representa la continuidad de la enseñanza, sino un símbolo de resistencia y reconstrucción. En medio de dificultades, las escuelas se mantienen como espacios fundamentales para la esperanza, la formación y el fortalecimiento del tejido social.
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