Representantes de diversas organizaciones angoleñas sostuvieron un diálogo con dos diputadas venezolanas, que devino también en reafirmación del apoyo a la Revolución Bolivariana frente a las agresiones de Estados Unidos, tanto en el ámbito económico como la amenaza militar.

Convocados por el Comité Angoleño de Solidaridad con Venezuela Bolivariana (Casoveb) y la misión diplomática, los participantes compartieron con Lídice Altuve, vicepresidenta del Instituto Simón Bolívar para la Paz y la Solidaridad entre los Pueblos, y Casimira Monasterios, coordinadora general de la Cumbre Afrovenezolana.
En el conversatorio, donde estuvieron presentes la embajadora de Venezuela en Angola, Belén Orsini, y la presidenta de la Liga Angoleña de Amistad, Solidaridad y Paz (Laasp), Elisa Salvador, entre otros, se resaltó el valor de experiencias de formación como el reciente Taller sobre Geopolítica de Paz.
La necesidad de conocer la realidad venezolana y el por qué el país ha sido blanco de más de mil medidas coercitivas unilaterales, continuas campañas mediáticas de distorsión y descrédito y una verdadera amenaza de agresión militar por parte de Washington, constituyeron puntos comunes en las intervenciones.
El secretario general de la Casoveb, Leandro Paquete, remarcó que hay mucho por aprender de la Revolución Bolivariana y sus luchas, así como de sus acciones para dignificar a su pueblo y extender su mano a otros países, como lo hizo con Angola, pues varios jóvenes deben su formación a la nación sudamericana.
Los participantes respaldaron el mensaje del Comité Angolano de Solidaridad con la Nicaragua Sandinista, que expresó admiración por la resistencia venezolana y rechazo a las agresiones estadounidenses, que buscan quebrar el espíritu del pueblo y subvertir el orden legítimamente elegido por este.
Solo corresponde al pueblo de Venezuela decidir sobre sus destinos, subrayó el documento que fue entregado a las diputadas.
Lídice Altuve insistió en que los pueblos deben andar unidos y apoyarse para construir un mundo mejor, y comentó que la agresión contra su país debe verse como una acción contra todos los pueblos que defienden su autodeterminación, por lo que la paz tiene que ser una lucha permanente, una paz con justicia social, precisó.
Casimira Monasterios, por su parte, señaló que estar en África es volver a casa, dados los lazos históricos y culturales que unen a los dos pueblos a ambos lados del Atlántico.

Debemos revisar qué podemos hacer juntos, pues solos no es posible avanzar, dijo, y llamó a la articulación de los movimientos y organizaciones de los dos países y a mantenerse alertas sobre la realidad de Venezuela, en riesgo real de una agresión militar.
Los participantes abogaron por iniciativas vinculadas al intercambio de experiencias, la formación en distintos temas, incluida la realidad y el sistema económico social venezolano, y por acciones para articularse con otros movimientos dentro del continente en función de la solidaridad entre los pueblos.
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