La Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) mantiene en alerta amarilla (vigilancia) a los departamentos de Santa Bárbara, Ocotepeque, Copán, Lempira, Cortés, Intibucá, Valle y Choluteca, así como a varios municipios aledaños al río Ulúa, el más caudaloso del país.
Además, la mencionada cartera ministerial extendió este lunes la alerta verde (precaución) a las regiones de La Paz, Comayagua y Francisco Morazán -cuya cabecera departamental es Tegucigalpa-, por un periodo de 24 horas a partir de las 06:00, hora local.
Según la Copeco, las precipitaciones registradas desde hace una semana provocaron la muerte de dos personas, más de siete mil 300 afectados, daños en 130 viviendas y 39 comunidades incomunicadas en los departamentos de Copán, Santa Bárbara, Yoro y Francisco Morazán.
En su más reciente boletín, el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) informó que una vaguada en superficie continúa generando abundante nubosidad, lluvias y chubascos de débiles a moderados, acompañados de tormentas eléctricas en gran parte del país.
Los mayores acumulados de agua se generan en las regiones de oriente, occidente, centro y sur, donde se prevén lluvias persistentes a lo largo de esta jornada.
Las autoridades llamaron a la población y a las jurisdicciones municipales extremar precauciones, como mantener vigilancia en zonas vulnerables a inundaciones, deslizamientos y derrumbes, y evitar cruzar ríos, quebradas y vados crecidos.
A la Dirección Nacional de la Marina Mercante y Capitanías de Puerto, sugirió restringir la navegación de embarcaciones de mediano y pequeño calado.
La Secretaría de Gestión de Riesgos exhortó a la ciudadanía a mantenerse informada a través de los canales oficiales y atender las recomendaciones emitidas.
Honduras está considerada entre las naciones más vulnerables del mundo a fenómenos meteorológicos extremos, intensificados por el cambio climático.
Expertos sostienen que un 45 por ciento de su población, de 10 millones de habitantes, se expone a sufrir pérdidas durante la temporada lluviosa.
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