El fenómeno meteorológico azota la región norte del archipiélago, gana intensidad con rapidez y se espera que toque tierra este lunes en alguna parte de la nación asiática.

De acuerdo con el servicio meteorológico filipino, a las 11:00, hora local, los vientos sostenidos en el ojo de la tormenta alcanzaban los 215 kilómetros por hora, con ráfagas máximas de hasta 265 km/h.

Autoridades de 29 provincias, incluida la región de Manila, confirmaron que las escuelas permanecerán cerradas, como medida de precaución, pues entre los riesgos se reconocen inundaciones severas y deslizamientos de tierra, entre otros problemas difíciles de afrontar con estructuras débiles como las del país.

El pasado fin de semana, un escándalo de corrupción provocó una manifestación popular en Filipinas contra falsos proyectos de control de inundaciones que causaron la pérdida de miles de millones de dólares en fondos públicos.

El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr., destacó esta contrariedad en un discurso nacional en julio, cuando señaló la existencia de los llamados “proyectos fantasma” de infraestructura, financiados con dinero de los contribuyentes.

Semejante escándalo repercutió en cambios recientes en las dirigencias de ambas cámaras del Congreso.

Además, dueños de una empresa constructora denunciaron que unos 30 legisladores y funcionarios del Departamento de Obras Públicas y Carreteras recibieron sobornos vinculados a estos proyectos ficticios.

Según el Departamento de Finanzas de Filipinas, la corrupción relacionada con los proyectos de control de inundaciones implicó una pérdida económica de hasta 118 mil 500 millones de pesos filipinos (cerca de dos mil millones de dólares) entre 2023 y 2025, lo cual afectó de forma negativa la economía y la confianza pública.

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