Con pancartas y consignas contra el presidente Daniel Noboa y su gestión, los participantes en la movilización recorrieron calles de Quito, desde las afueras de la sede del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) hasta la plaza Santo Domingo, en el Centro Histórico de la urbe.

El presidente del Frente Unitario de Trabajadores, Edwin Bedoya, que junto a otros líderes sociales encabezó la marcha, declaró que si es necesario convocar a una huelga nacional, lo harán, en respuesta a la declaración del mandatario de no retroceder en sus medidas.

Bedoya criticó la respuesta de la fuerza pública ante las protestas en diversos puntos del país con represión y detenciones arbitrarias.

“Nosotros estamos sin armas, estamos con nuestras manos, nuestras voces. No somos delincuentes, no somos terroristas, estamos gritando que se derriben estas medidas que precarizan las condiciones laborales”, aseveró.

No obstante, la movilización terminó con uniformados que lanzaron bombas de gas lacrimógeno luego de que algunos manifestantes intentaron retirar las vallas colocadas alrededor de la plaza de Santo Domingo.

Los estudiantes que, en la tarde protestaron en las afueras de la sede de la Universidad Central del Ecuador, se sumaron a esta marcha y luego tomaron rumbo a la Plataforma Gubernamental Norte, en otro extremo de la ciudad.

Estas son las primeras acciones en la capital del país luego del inicio este lunes del paro nacional convocado por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie).

En la ciudad de Guayaquil, en la costa, y en Cuenca, capital de la sureña provincia de Azuay, también hubo hoy movilizaciones con las mismas reivindicaciones.

Las protestas más tensas han tenido lugar en la provincia de Imbabura, donde según la vicepresidencia el bloqueo de las vías como parte de las manifestaciones impidió el tránsito de ambulancias y dos personas tuvieron la vida en riesgo.

A su vez, este martes la Policía dispersó con gas lacrimógeno una protesta en una carretera cerca de Tabacundo, entre las provincias andinas de Pichincha e Imbabura, en el norte del país.

El principal reclamo nacional es que se derogue el decreto 126, el cual puso fin al subsidio al diésel, que pasó de 1,80 a 2,80 dólares por galón y, según afirman, elevará el costo de la vida.

Noboa reiteró este martes que no cedería en su decisión de eliminar la subvención y aseguró que preferiría “morir” antes que dar marcha atrás.

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