“El pueblo boricua, sus compatriotas, familiares y personas allegadas recuerdan que su asesinato sigue impune”, declararon Raquela Delgado Valentín y Manuel López Gay, de la Casa Museo Filiberto Ojeda Ríos, en el pueblo de Hormigueros (occidente), donde fue abatido con un disparo por un francotirador del contingente de más de 300 agentes del FBI de Estados Unidos.

Este año, indicaron, se cumplen dos décadas de la muerte en combate del comandante del EPB-Macheteros, y honramos su vida como cada 23 de septiembre, fecha en que en 1868 se proclamó la República de Puerto Rico contra la dominación imperial de España.

Al respecto se realizó una marcha dirigida por la agrupación artística Papel Machete que salió de la panadería Casa Blanca, en Hormigueros, hacia la Casa Museo Filiberto Ojeda Ríos, a lo que se agregó un acto político-cultural con mensajes políticos de grupos en lucha del oeste (Cabo Rojo, Guánica y Rincón) y la participación musical y cultural de Riestra, Lizbeth Román, Cuarteto de Bomba, Fernandito Ferrer y Jóvenes del 98.

El movimiento independentista recuerda el 23 de septiembre de 2005, pues mientras se conmemoraba el aniversario 137 del Grito de Lares en la Plaza de la Revolución, en Lares, y se difundía el mensaje del comandante del EPB-Macheteros, un llamamiento a la unidad en la acción, agentes del FBI irrumpieron en el área del hogar clandestino de Ojeda Ríos y Elma Beatriz Rosado, en Hormigueros.

Con helicópteros, francotiradores y carros blindados perpetraron un ataque, en el cual asesinaron a Filiberto, contra quien el FBI disparó más de 100 balas, dijeron.

Según se desprende de esos hechos, de diferentes informes e investigaciones incluida la realizada por la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico, Ojeda Ríos se encontraba solo —después de negociar la evacuación de su compañera— frente a más de 300 agentes del FBI que rodearon la casa que habitaba y quienes impidieron se brindara atención médica, mientras moría desangrado, pese a la disposición de varios médicos que se personaron al lugar.

A 20 años de los hechos y numerosos informes, querellas y denuncias, los responsables aún no rinden cuentas.

Un informe de la Comisión de Derechos Civiles considera un asesinato la muerte del dirigente de la organización clandestina EPB-Macheteros.

El informe además propone recomendaciones para las agencias gubernamentales que estuvieron involucradas en los sucesos y concluye que la operación “se caracterizó por un uso excesivo y abusivo de la fuerza”.

También, concluye que el FBI tuvo a su alcance suficiente información como para deducir que Ojeda Ríos estaba seriamente herido e imposibilitado de resistir cuando se le privó de asistencia médica urgente mientras se desangraba tras un agente federal alcanzarlo con una bala.

La razón para esto, se dice, es que el FBI se sentía burlado por el dirigente revolucionario, ya que tras ser arrestado después de 15 años en la clandestinidad, volvió a esfumarse por otros 15 años sin cesar su actividad política.

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