En su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, el mandatario significó que ante las tensiones crecientes y amenazas múltiples que ponen en riesgo el futuro de la humanidad, se requiere que la ONU sea nuevamente un instrumento eficaz para la prevención de los conflictos.
Alertó que está en curso una nueva e inquietante carrera armamentista, con gastos récord a nivel mundial, mientras millones de seres humanos viven en la pobreza extrema y tienen acceso reducido al agua potable, educación de calidad y servicios de salud primaria.
“La República del Congo cree firmemente que una ONU más fuerte y eficaz es la condición indispensable para preservar la paz y garantizar el desarrollo sostenible”, sostuvo, y exhortó a hacer realidad la reforma de sus órganos, comenzando por el Consejo de Seguridad, para que sea más representativo y transparente.
África no puede continuar marginado, se trata de un continente de más de mil 400 millones de habitantes; un continente de futuro, de potencial, al que debemos garantizar una participación plena en las decisiones globales, no como beneficiaria de un favor, sino como socia legítima, afirmó.
Añadió que es imprescindible un multilateralismo más cercano a las aspiraciones de los pueblos, más representativos de las realidades del siglo XXI, que se traduzca en acciones concretas, resultados tangibles y soluciones duraderas.
Sassou-N’Guesso refirió que las tensiones comerciales, tecnológicas y geopolíticas entre las grandes potencias, fragmentan el mundo y alimentan la desconfianza entre las naciones, debilitando las cadenas de solidaridad internacional y comprometiendo la capacidad para abordar los desafíos globales.
Esto tiene impacto de graves consecuencias para las economías de los países en desarrollo, apuntó, una tendencia que debe revertirse, pues los desafíos, en particular el cambio climático, las pandemias y la inseguridad alimentaria, requieren una respuesta global solidaria coherente y concertada.
“No puede haber paz duradera sin desarrollo y también a la inversa”, enfatizó el presidente congoleño, quien comentó que la pobreza, las desigualdades, el desempleo juvenil y la exclusión son caldo de cultivo para la frustración, la inestabilidad y el extremismo violento.
“Debemos cumplir nuestros compromisos de financiar los objetivos de desarrollo sostenible y poner fin a los mecanismos que estrangulan las economías vulnerables, como la deuda insostenible o las reglas comerciales injustas”, dijo.
Remarcó igualmente que la solidaridad internacional es esencial para que los países en desarrollo logren hacer su transición hacia un futuro más próspero, de ahí que es indispensable invertir masivamente en educación, salud, agricultura, infraestructuras y nuevas tecnologías, entre otras áreas.
mar/kmg





