La medida, prevista para antes de 2029, forma parte de una estrategia para combatir la inmigración ilegal, según declaró el mandatario en un foro internacional.
Será imposible trabajar en el Reino Unido sin este documento digital, afirmó Starmer, quien reconoció la ineficacia de las políticas anteriores sobre el tema.
Analistas señalan que el proyecto, el cual requiere aprobación parlamentaria, revive un debate histórico sobre libertades civiles en el país.
Recuerdan que un intento similar del ex primer ministro laborista Tony Blair fracasó por su alto costo y el rechazo de la sociedad.
Una coalición gubernamental posterior eliminó ese esquema al considerarlo invasivo y financieramente insostenible.
La iniciativa actual choca con la tradición británica, donde no existe un documento de identidad interno obligatorio.
Para acreditar su identidad, los ciudadanos suelen utilizar licencias de conducir o recibos de servicios públicos.
Especialistas anticipan un difícil camino legislativo para la propuesta, que ya genera cuestionamientos por su posible impacto en la privacidad.
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