Sin embargo, la medida incluyó una advertencia: si vuelve a publicar contenido clasificado como desinformación o discurso de odio contra las instituciones y el Estado de Democrático de Derecho, la congresista será multada con 20 mil reales (unos tres mil 800 dólares) diarios.
En su decisión, De Moraes declaró que «en la etapa procesal actual, no es necesario mantener los bloqueos», limitando la medida a la simple eliminación de publicaciones consideradas ilegales.
La revocación afecta a las cuentas de Gettr, Facebook, Instagram, LinkedIn, TikTok, X, Telegram y YouTube, plataformas que este país fueron notificadas oficialmente.
Tal liberación afloró después que Zambelli mencionara, en su testimonio esta semana ante la Comisión de Constitución y Justicia (CCJ) de la Cámara de Diputados, que consideraba abusivo el bloqueo.
Entre lágrimas, mostró una foto en blanco y negro de su hijo de 17 años y acusó a De Moraes de ordenar el cierre no solo de sus propias cuentas en redes sociales, sino también de las de sus familiares.
«Les quitó las cuentas de redes sociales a mi hijo, les quitó las cuentas de redes sociales a mi madre», manifestó conmovida.
Condenada por el Supremo Tribunal Federal a 10 años de prisión por falsedad ideológica y piratería informática del Consejo Nacional de Justicia, Zambelli huyó a Italia antes de que la sentencia fuera firme.
Para el fiscal general Paulo Gonet, con el pillaje, la diputada pretendía «crear un ambiente de desmoralización de la Justicia brasileña, para obtener ventaja política, proponiendo, desde el principio, la invasión de un dispositivo informático, participando activamente en la producción de un orden judicial ideológicamente falso».
Detenida en las afueras de Roma, la política incondicional de Bolsonaro lleva casi dos meses en la prisión italiana de mujeres de Rebibbia, donde espera la decisión sobre la solicitud de extradición presentada por el Gobierno brasileño.
Además del proceso de extradición, la congresista enfrenta un caso ante la CCJ de la Cámara baja por violación del decoro parlamentario, lo cual podría resultar en su revocación.
Durante su discurso ante la junta legislativa, Zambelli manifestó sufrir una «tortura emocional» por estar lejos de su familia y reportó crisis de salud.
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