Así lo percibió Natasha Díaz-Argüelles, hija de quien fuera el primer jefe de la misión militar de Cuba en este país, al recibir en su nombre la medalla conmemorativa por los 50 años de la independencia nacional, en la Clase Paz y Desarrollo.
En declaraciones a Prensa Latina, agradeció la entrega del reconocimiento de las propias de manos del presidente angoleño, João Lourenço, en una ceremonia solemne realizada la víspera, y agregó que su padre se sentiría muy honrado con esta condecoración.
“Es importante y reconfortante para mí ver que, a pesar de haber transcurrido medio siglo de su muerte, el mismo medio siglo de la independencia de Angola, este pueblo lo recuerda y siente admiración y respeto por él”, sostuvo.
Natasha Díaz-Argüelles confesó que siempre es de gran emoción volver a pisar esta tierra donde su padre luchó y murió, en particular cuando está próximo el aniversario 50 del fatídico día en que una mina segó su vida con apenas 39 años, ocurrido 11 de diciembre de 1975.
“Siempre para mí será un honor venir Angola, y poder recorrer los mismos caminos que mi papá anduviera hace ya tantos años, con la fe en la victoria”, remarcó.
Este miércoles, la hija del combatiente cubano visitará el hospital de la provincia de Cuanza Sur que lleva su nombre, en cuya inauguración estuvo el 21 de octubre del 2024.
El propósito es hacer entrega de un cuadro y de la bandera que fue puesta en el ataúd de Díaz-Argüelles cuando lo velaron en el aeropuerto, explicó y apuntó que su deseo es que la institución la guarde con cariño.
Antes de regresar a la nación caribeña también espera visitar el museo de la Batalla de Kifangondo, uno de los enfrentamientos decisivos para los angoleños, porque permitió la proclamación de la independencia el 11 de noviembre de 1975.
El militar cubano estuvo vinculado a los momentos iniciales de la colaboración de la nación caribeña en Angola, que a petición del gobierno de António Agostinho Neto envió oficiales para contribuir a la preparación de las Fuerzas Armadas Populares de Liberación de Angola (Fapla).
Junto a estos combatientes y fuerzas de la isla enviadas como parte de la Operación Carlota, participó en algunas de las principales batallas que permitieron asegurar la declaración de la independencia y la soberanía del territorio, cuando fue invadido por los sudafricanos.
Raúl Díaz Argüelles, quien fue ascendido póstumamente el 2 de diciembre de 1976 al grado de General de Brigada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, recibió también post mortem el Título Honorífico de Héroe de la República de Cuba, la Orden «Máximo Gómez» de Primer Grado y la Agostinho Neto, esta última entregada por el presidente João Lourenço en La Habana, en 2019.
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