Durante la conferencia titulada «El 80 aniversario de la Gran Victoria: páginas de la historia común de Rusia (la URSS) y países de Iberoamérica», los expertos coincidieron en puntos comunes del aporte de América Latina y el Caribe a la derrota, en mayo de 1945, del Eje nazi-fascista liderado por Alemania.

“Fue una lucha de, como dijera Ernest Hemingway, una democracia y justicia contra la barbarie, y la justicia en ese momento ganó. Eso no quiere decir que el mundo que se formó después del año 45 es sinceramente bueno y justo, todavía falta muchísimo que hacer, pero la humanidad evitó una catástrofe”, detalló a Prensa Latina el presidente del Comité organizador del evento, Víctor Jeifets.

Al respecto, recordó a naciones latinoamericanas como Brasil que envió sus tropas a luchar en los frentes en Italia, o los pilotos mexicanos quienes combatieron en el Pacífico.

“Yo puedo destacar la importancia de la contribución hondureña o cubana que dedicaron sus esfuerzos a la inundación de submarinos, así como el envío de alimentos, en especial el azúcar de la isla caribeña”, acotó el también editor en jefe de la revista América Latina.

Cuba es un país pequeño, pero su contribución en la victoria común para mí es una cosa muy importante, y es por ello que siempre debemos recordar a los hermanos Aldo y Jorge Vivó Laurent, quienes siendo aún niños y sin condiciones para la lucha decidieron formar parte de las tropas que defenderían la ciudad de Leningrado, (hoy San Petersburgo), recordó Jeifets.

El profesor de la Universidad Estatal de la denominada capital de la cultura rusa aseguró que desde su época de estudiante ha dedicado tiempo al estudio de los mártires de Latinoamérica que dieron sus vidas por la defensa de un país que no era el suyo.

En ese sentido, también hizo mención al cubano Enrique Vilar Figueredo, teniente del Ejército Rojo que murió en Prusia Oriental, junto con todo su pelotón.

«Teníamos un enemigo común y luchábamos juntos por un nuevo mundo, un mundo más justo, donde surgió una organización como las Naciones Unidas», enfatizó el académico.

Para Jeifets esta historia de camaradería y valor debe ser recordada para las nuevas generaciones, tanto así que disponen de una iniciativa como el Foro Internacional Rusia e Iberoamérica en el mundo turbulento para trazar rutas que permitan mantener el respeto mutuo entre el gigante euroasiático y los pueblos de América Latina y el Caribe.

«El respeto a la soberanía y al derecho de tener una línea política y económica propia es la base en la que se sustentan hoy las relaciones ruso-latinoamericanas”, recalcó.

En ese sentido, argumentó que el desarrollo de estos vínculos es más dinámico que las actuales con países europeos, “donde no hay diálogo”.

En el caso de América Latina, sí lo hay y es algo que nos permite arreglar los problemas que surjan. Nos enfocamos en buscar puntos en común en vez de buscar lo que nos distancia. Así que esperamos que este foro contribuya a potenciar esta dinámica, sentenció Jeifets. mem/odf