Así lo dio a conocer recientemente el ministro de Energía y Minas, Salvador Mansell, en una entrevista ofrecida al Canal Parlamentario en la que afirmó que diariamente electrifican aquí una comunidad.

De acuerdo con el ministro, dicho proceso implica no solo la instalación de nuevas redes, sino también la modernización de equipos y la sustitución de infraestructura en barrios y comarcas.

Mansell, quien además preside la Empresa Nacional de Transmisión Eléctrica (Enatrel), destacó que bajo el Gobierno sandinista Nicaragua alcanzó un índice de cobertura del 99,6 por ciento, frente al 54 por ciento existente en 2006 durante los gobiernos neoliberales.

Al mismo tiempo, la matriz energética experimentó una transformación sustancial: mientras hace casi dos décadas el 74 por ciento de la generación dependía de combustibles fósiles, en la actualidad el 80 por ciento proviene de fuentes renovables como la solar, eólica, biomasa, geotérmica e hidroeléctrica.

El país cuenta hoy con 110 subestaciones eléctricas y más de tres mil 745 kilómetros de líneas de transmisión, mientras la capacidad instalada supera los mil 640 megavatios (MW), más del doble de los 754 MW registrados en 2006.

Según el ministro, la demanda máxima pasó de 550 MW en 2006 a 871 en la actualidad, lo cual refleja el crecimiento económico y social de la nación centroamericana.

De cara al futuro inmediato, el Gobierno proyecta generar mil MW renovables para 2025, con prioridad en energía solar y eólica. Entre los proyectos destacan instalaciones solares en Malpaisillo (40-50 MW), Nagarote (30 MW) y San Isidro (63 MW), así como parques eólicos en Las Mesitas (73 MW), El Alto (67 MW) y Masaya (70-85 MW).

Además, un plan indicativo a 2045 prevé más de 500 MW hidroeléctricos en la cuenca del Río Grande de Matagalpa y otros 450 MW eólicos en diversas regiones, lo que consolidará a Nicaragua como referente regional en diversificación energética y sostenibilidad.

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