La Oficina de Medios del Gobierno afirmó que muchos de esos vehículos fueron saqueados tras entrar al enclave costero, en lo que describió como “un caos de seguridad artificial impuesto por la ocupación”.
Señaló que la campaña israelí para generar hambruna y caos forma parte de un intento de socavar la firmeza y la voluntad del pueblo palestino.
La institución criticó el asedio contra el territorio y el cierre de los cruces fronterizos, acciones que “constituyen una herramienta agresiva directa para provocar hambruna y privar a la población de sus necesidades básicas”.
Israel priva a los gazatíes de más de 430 alimentos básicos, entre ellos huevos, carne, pescado, queso, productos lácteos, frutas, verduras y suplementos nutricionales, detalló.
La Oficina también cuestionó la prohibición de decenas de otros artículos que necesitan las embarazadas y los enfermos.
La Franja requiere más de 600 camiones de ayuda cada día para satisfacer las necesidades mínimas de la población, en medio de un colapso casi total de la infraestructura debido a la guerra en curso, recalcó.
El comunicado detalló que el 95 por ciento de la población en el territorio no pueden comprar bienes y servicios esenciales, incluso cuando están disponibles por la falta de dinero, lo cual agrava la pobreza y el hambre.
Ante esa situación, responsabilizó también a Estados Unidos y a otras potencias europeas por la crisis allí.
Naciones Unidas, los países árabes e islámicos y el resto de la comunidad internacional deben adoptar medidas para reabrir los cruces fronterizos y garantizar el flujo de ayuda, especialmente alimentos y medicamentos, expresó.
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