En un esperado anuncio, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) dio la bienvenida anoche a algunos elementos del plan de paz presentado por el presidente estadounidense, Donald Trump, aunque reclamó negociaciones sobre varios temas y evitó pronunciarse sobre sus armas.

Luego de “consultas profundas con su liderazgo y con las fuerzas y facciones palestinas”, Hamas respaldó un intercambio de prisioneros, la entrada inmediata de ayuda y rechazó la ocupación del enclave costero, así como el desplazamiento de sus habitantes.

Estamos listos para iniciar inmediatamente un diálogo para discutir los detalles del intercambio de prisioneros, señaló el grupo islamista, que también dijo estar de acuerdo con entregar la administración de la Franja a un organismo palestino integrado por tecnócratas.

No obstante, aclaró que todas las cuestiones relacionadas con el futuro del territorio y los derechos del pueblo palestino deben estar vinculadas a una posición nacional basada en las normas internacionales.

Poco después, Madmoud Mardawi, uno de los dirigentes de la agrupación, apostilló que el proyecto de Trump es vago y ambiguo, por lo cual, dijo, se requieren negociaciones sobre algunos de sus puntos.

El anuncio fue celebrado por varios países y la prensa árabe, aunque los medios de comunicación israelíes lo consideraron una aceptación condicionada a negociaciones.

En respuesta, Trump, conocido por su respaldo a Israel, llamó por primera vez al primer ministro Benjamin Netanyahu a detener de forma inmediata los bombardeos contra Gaza.

Todos serán tratados de manera justa, afirmó poco después en un mensaje pregrabado el mandatario, acusado por los palestinos de clara parcialidad en favor de su principal aliado en Oriente Medio.

En una rara declaración nocturna, el jefe de gobierno israelí se abstuvo de comentar el llamado de Trump a detener los combates y solo señaló que el país se prepara para la implementación de la primera fase del plan: el intercambio de rehenes.

El político derechista no se comprometió públicamente a un alto el fuego y afirmó que seguirá “trabajando en plena cooperación con el presidente para finalizar la guerra, de acuerdo con los principios establecidos por Israel”.

Sin embargo, la versión electrónica del diario Yedioth Ahronoth reveló que, en la práctica, tras la orden de Trump, Netanyahu detuvo en la madrugada la ofensiva terrestre para reocupar la asediada ciudad de Gaza, en la que participan tres divisiones.

Ante esa situación, Taher al-Nunu, dirigente de Hamas, consideró alentador el llamado de Trump a detener los ataques israelíes y reafirmó el compromiso del grupo a iniciar negociaciones de inmediato para acabar con el conflicto, intercambiar los prisioneros y garantizar la retirada israelí.

Precisamente ese es uno de los puntos de discordia, porque tanto Hamas como el resto de las formaciones palestinas exigen un cronograma claro para la evacuación, algo que hasta el momento rechaza Netanyahu.

Las armas de las milicias y el despliegue de una fuerza internacional en Gaza también son puntos conflictivos de la iniciativa de Washington.

Según la prensa árabe, el Movimiento quiere hacer una distinción entre las armas ofensivas y las defensivas, para entregar solo las primeras, al tiempo que quiere un compromiso claro por parte de su vecino de que respetará el fin de la conflagración.

Los dirigentes del grupo temen que Israel repita el escenario libanés, donde continúan sus incursiones y asesinatos de miembros de Hezbollah (Partido de Dios), pese al acuerdo de cese al fuego alcanzado en noviembre del pasado año.

Aunque todavía quedan muchos puntos por amarrar, los acontecimientos de las últimas horas son un rayo de esperanza para los gazatíes, luego de casi 24 meses de ataques y asedio total.

mpm/rob