Manifestaciones juveniles cumplen su tercer fin de semana en Perú

Lima, 5 oct (Prensa Latina) El tercer fin de semana de protestas de la Generación Z en Perú parece descartar que el movimiento sea pasajero, entre otras cosas, por la peculiaridad de que se realizan en jornadas poco usuales para expresar descontento.

Ni siquiera el inicio de la procesión católica del Señor de los Milagros, en un paìs de fe mayormente católica, pudo impedir anoche que miles de muchachos recorrieran el centro de Lima, sin que la Policía Nacional pueda impedir que lleguen al frente del Palacio Legislativo.

La sede alberga a un Parlamento impopular, de mayoría derechista, cuya disolución demanda la Generación Z, además de acusarlo de corrupto e incapaz, como parte de una lista larga de demandas que incluyen el cese de la presidenta Dina Boluarte y la reorganización de la Policía Nacional.

Si bien los uniformados no actuaron contra los manifestantes con la virulencia de las marchas anteriores, tampoco hubo reacciones violentas de los jóvenes, lo que confirma diferentes advertencias de que la represión puede causar reacciones.

Anoche fue mayor la participación de alumnos de diversas universidades, entre las cuales los primeros en sumarse fueron los del centro de estudios superiores más antiguo de América, la estatal Universidad Mayor de San Marcos.

Los principales lemas de los marchistas fueron “Dina asesina”, en alusión al medio centenar de muertos durante las protestas contra el ascenso de Boluarte a la Presidencia, y “Que se vayan todos”, es referencia a los parlamentarios.

No faltaron breves roces y detenciones, en algunos casos solo por no llevar consigo el carné de identidad, en la nueva demostración de rechazo al Gobierno de la presidenta Boluarte, pese a su llamado a abstenerse de protestas y su advertencia de que no las permitiría.

La mandataria llamó al diálogo, pero no sobre temas políticos, y sugirió a los jóvenes que estudien o se hagan emprendedores para que “no sean ninis (jóvenes que ni estudian ni trabajan)”.

Tampoco surtieron efecto las declaraciones de miembros del Gobierno en similar sentido, como el primer ministro Eduardo Arana, quien afirmó que la Policía fue atacada durante las protestas.

Sostuvo que elementos violentos atacaron a los policías con pirotécnicos modificados para causar daño grave, lo cual, según dijo, evidencia que hay una organización criminal que los abastece, lo cual implica un delito con altas penas de cárcel, lo que sonó a amenaza.

La Generación Z recibió, por el contrario, expresiones de aliento y admiración del cardenal católico Carlos Castillo, quien elogió al movimiento y, ante acusaciones de prensa e internautas derechistas, respondió que «Aquí no hay terroristas, hay personas y con dignidad».

npg/mrs

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