“No hay ni fatalidad ni caos, no todo ha sido ensayado en el último año, el presidente ha probado tres veces la misma cosa, por lo que podría cambiar de método”, dijo a la cadena France Inter el secretario general de Renacimiento, el partido de gobierno fundado por Macron en 2016 con el nombre de La República en Marcha.
Los tres últimos primeros ministros de Francia han dejado anticipadamente el cargo, el conservador Michel Barnier en Diciembre tras apenas tres meses de gestión, el centrista François Bayrou el 9 de septiembre y su sucesor Sébastien Lecornu, un aliado fiel del jefe de Estado, renunció ayer después de solo 27 días en Matignon.
De acuerdo con Attal, está dispuesto a discutir con todas las fuerzas políticas en una mesa de diálogo, y de hecho ya trascendieron sus contactos con figuras de la izquierda, campo que reclama la oportunidad de gobernar.
Tanto los socialistas como los comunistas y los ecologistas demandan a Macron que nombre un primer ministro de la izquierda, al resaltar que los de la derecha no han podido sacar al país de la crisis.
Attal insistió en su llamado al presidente de la República a designar un negociador independiente para conversar con los partidos sobre la salida de la crisis y se mostró favorable a la cohabitación en el poder.
Según la oposición, el jefe del Estado enfrenta tres opciones: la cohabitación que reclama la izquierda, la disolución de la Asamblea Nacional privilegiada por la extrema derecha o la renuncia, la que Macron ha descartado hasta ahora con vehemencia.
La víspera Attal sembró la polémica en el campo oficialista con su declaración de que “ya no comprende las decisiones” del mandatario, tal vez su manera de presionarlo para que busque un nuevo método.
Attal no es el único ex primer ministro en hablarle fuerte a Macron en las últimas horas, considerando el pedido de Édouard Philippe a convocar elecciones presidenciales anticipadas, una vez resuelto el establecimiento del nuevo presupuesto del Estado para el año próximo.
mem/wmr





