Desde la Casa del Pueblo Kitu Kara, en el barrio La Floresta de esta capital, salieron los asistentes por la avenida 12 de Octubre acompañados por uniformados que en varias organizaciones intentaron detener la movilización.

Un centenar de policías con equipos antimotines se encontraban presentes, lo cual fue para algunos asistentes una especie de intimidación.

Aún así recorrieron varias cuadras con tambores, pancartas y consignas como “Viva el paro nacional con justicia y dignidad” y “Fuera Noboa, fuera”.

“Tenemos derecho a marchar, tenemos derecho a alzar nuestras voces. Si para el presidente algo no es constitucional, ¿qué es lo que quiere hacer? Hacer una nueva constituyente y eso está bien, pero ¿qué pasa si toca nuestros derechos, nuestros derechos colectivos?, cuestionó una joven manifestante.

En la provincia de Cotopaxi, el movimiento indígena, que lidera la convocatoria al paro, protagonizó una caravana por la vía Panamericana Sur.

Desde allí el expresidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, afirmó que el «pueblo ya ha despertado» y que «en cualquier momento el poder será del pueblo».

Asimismo, llamó a las comunidades a ejercer de manera pacífica la protesta social y exigió a la fuerza pública que respete el derecho constitucional a la resistencia.

Iza repudió las acusaciones del Ejecutivo que ha tildado de “terroristas” a quienes llevan adelante desde hace 16 días las protestas contra medidas como el fin del subsidio al diésel.

Además, la Conaie exige al Gobierno la reducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) al 12 por ciento, atención estatal a la salud, educación y seguridad, y la excarcelación de los detenidos.

La jornada de este martes estuvo marcada por las denuncias del ataque a la caravana donde iba el presidente Noboa.

De acuerdo con el Ejecutivo, los manifestantes obedecían órdenes de radicalización y atacaron el convoy presidencial y la ministra de Ambiente y Energía, Inés Manzano, presentó ante la Fiscalía una denuncia por tentativa de asesinato al mandatario.

Los sucesos ocurrieron en el cantón El Tambo, en la provincia de Cañar, en la sierra austral ecuatoriana, donde habitantes de esa comunidad rechazaron la presencia del gobernante, que acudió a la entrega del sistema de alcantarillado y tratamiento de aguas residuales en la comunidad Sigsihuayco.

En esta tercera semana consecutiva de protestas, el Ejecutivo sostiene que las medidas económicas implementadas son necesarias e insiste en que no dará marcha atrás con la decisión del diésel ni están dispuestos a dialogar con “una minoría” que no representa al país.

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