El informe de la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia (Acodeco) precisa que esa cifra también equivale a un incremento anual del 1,1 por ciento.

Aunque el alza puede parecer leve, su impacto en los hogares es considerable, con un salario promedio mensual de 636.80 dólares, del cual se eroga el 47 por ciento solo en alimentos, dejando poco margen para otros gastos esenciales como vivienda, transporte, educación o salud.

De acuerdo con el informe oficial, el grupo de cereales y derivados fue el que más aumentó en mayo, con un alza del 1,34 por ciento, impulsada por los incrementos en el pan, el arroz y los cereales de desayuno.

Las frutas, por su parte, registraron un aumento promedio del seis por ciento, y sobresale la naranja para jugo, cuyo precio subió un alarmante 37 por ciento en un solo mes.

En contraste, algunos productos bajaron de precio, como la papa nacional (-22 por ciento), la piña (-12,7) y el pescado corvina (-13,8), sin embargo, estas reducciones no fueron suficientes para contrarrestar la tendencia general al alza.

El encarecimiento sostenido de los alimentos plantea desafíos importantes para la economía familiar y vuelve a poner en discusión la necesidad de revisar políticas de subsidios, apoyo al agro nacional y mecanismos de control de precios, especialmente para productos de consumo masivo, indicó Acodeco.

En julio de 2022 intentas protestas populares paralizaron al país en contra del alto costo de los combustibles y de los alimentos, que no se apaciguaron a pesar de las medidas anunciadas por el Ejecutivo para mitigar los aumentos.

mem/ga