En Matignon, el mandatario que demitió el lunes, menos de 24 horas después de anunciado su Gabinete, recibió en el trascurso de la mañana y del mediodía a los líderes de partidos de izquierda Olivier Faure (Socialista), Fabien Roussel (Comunista) y Marine Tondelier (Europa Ecología los Verdes).
Al aceptar su dimisión, el presidente Emmanuel Macron indicó a Lecornu dialogar con los diversos partidos, del oficialismo, de los aliados y de la oposición, en aras de buscar la estabilidad del país, invitación que descartaron La Francia Insumisa y Agrupación Nacional.
La prioridad de las consultas fue el trabajo conjunto en función de un presupuesto del estado para el año próximo.
Según el primer ministro, las conversaciones demostraron voluntad de lograr un presupuesto antes del 31 de diciembre, pero se esperan más detalles de los resultados en su intervención de esta noche, cuando presentará a Macron los resultados de los intercambios de criterios de los últimos dos días.
Los partidos de izquierda reiteraron a Lecornu la demanda de que el jefe del Estado nombre a un primer ministro de sus filas, después de que se vieran obligados a dejar el puesto tres mandatarios en 10 meses, todos procedentes de la derecha.
El líder de los socialistas, Faure, advirtió que si se designa a un primer ministro de izquierda, sería inimaginable que gobierne junto con los “Macronistas”.
Respecto a la posibilidad de que sea suspendida la reforma de la jubilación como gesto de buena voluntad, un reclamo de la izquierda, Faure señaló a la prensa que durante la conversación con Lecornu no recibió seguridad de ello.
Por su parte, Tondelier consideró que el primer ministro dimitente está haciendo todo lo posible para evitar la disolución de la Asamblea Nacional, la principal exigencia de la extrema derecha a Macron, consciente de la debilidad del oficialismo en unas eventuales elecciones legislativas anticipadas.
“Él también quiere evitar la salida del presidente de la República”, añadió.
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