“Si hemos ganado muchas de nuestras batallas ha sido precisamente gracias a la solidaridad, y cuando hablo de solidaridad no me refiero a donaciones ni a nada a material, sino a no sentirse solo, a saber que tiene apoyo en cualquier parte del mundo”, dijo en conversación con Prensa Latina.
González, quien estuvo retenido con apenas seis años en Estados Unidos sin el consentimiento de su padre y regresó a Cuba en el año 2000 tras una intensa batalla política y de opinión pública, resaltó cómo personas de muchas naciones se acercan a él aquí y le hablan sobre aquel proceso.
“Cómo ellos también hicieron por que yo regresara a Cuba. Entonces, eso lo primero es que es una inyección, porque me hace ver que Cuba no está sola y nunca ha estado sola, y segundo, nos da a entender que también han sido ellos parte de nuestras victorias”, aseveró.
El joven comentó que su padre, Juan Miguel González, siempre le habla mucho “de lo que hizo el pueblo norteamericano cuando supo realmente lo que pasaba, cómo apoyó y cómo estuvo al lado nuestro, al lado de nuestro pueblo y al lado de mi familia”.
“Por eso es importante mantener estos movimientos, trazarse nuevas metas, replantearse las estrategias, sumar jóvenes, y para eso es precisamente este evento, para concretar ideas y poder continuar en la labor que realizan”, expuso al referirse al IX Encuentro Continental de Solidaridad con Cuba.
En la cita, que comenzó el jueves último y concluirá mañana en el capitalino Complejo Cultural Los Pinos, el diputado presentó ayer, junto al presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González, la conferencia “Juventud cubana, continuidad y garantía de la Revolución”.
Señaló como el eje central de su exposición a la juventud como relevo generacional del proceso de cambios sociales iniciado en su país en 1959.
“También llevarla un poco a la solidaridad, a lo que queremos también que se logre con la solidaridad y con los movimientos de solidaridad con Cuba, acercando cada vez más a los jóvenes también a estos movimientos, que son los que podrán en un futuro hacer y dar continuidad a su impronta”, apuntó.
La madre de Elián, Elizabeth Brotons, lo sacó ilegalmente de la isla rumbo a Estados Unidos en noviembre de 1999, en una embarcación rústica que naufragó en el océano, junto a otras personas, y solo el niño pudo sobrevivir.
Al encontrarlo unos pescadores frente a las costas de Florida, el Servicio de Inmigración y Naturalización de Estados Unidos lo puso bajo la custodia de Lázaro González, un tío-abuelo residente en la ciudad de Miami y quien solo lo había visto una vez.
Elián permaneció secuestrado siete meses, en los cuales se desencadenaron disputas legales y políticas, pues el padre, Juan Miguel, reclamaba su legítimo derecho a la Patria Potestad y el retorno a su país.
El regreso del pequeño se convirtió en un reclamo popular, que volcó a la ciudadanía a las calles de la nación caribeña, con el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, al frente.
jcm/las





