El desfile partió desde la 16 calle de la zona 1 hasta la Plaza de la Constitución, encabezado por el Centenario 17 de Agosto de la Hermandad de Santa Elena de la Cruz, del departamento de Quiché, declarado Patrimonio Cultural Intangible de la Nación en 2003.
Con sus característicos trajes de guerreros, los integrantes de ese convite centenario deleitaron al público con danzas, ritmos típicos, estilo propio e historia que ya este año cumple 112 años desde su creación.

Al llegar ante la tribuna habilitada para el reconocimiento, el viceministro de Cultura, Rodrigo Carrillo, precisó que realizaron este primer Encuentro de Conviteros “porque queremos encontrarnos con ustedes y que se encuentren entre ustedes”.
Venidos desde distintos puntos del país, se pueden conocer, se pueden dar la mano, subrayó el vicetitular, quien manifestó alegría y agradecimiento por el color, disposición y el ánimo trasladado a todos los presentes.
Seis meses nos tomó preparar este evento y tenemos ahora más de tres mil conviteros bailando en esta plaza, acotó Carrillo.
La primera dama de la nación, doctora Lucrecia Peinado, saludó de parte del presidente Bernardo Arévalo a todos los participantes y organizadores.
Afirmó que trajeron una parte crucial de la cultura y de la vida diaria de los pueblos de Guatemala. Si ustedes no se reúnen, comprometen y participan, muchos no podríamos conocer y ver qué es, cómo se hace un convite, acotó.
Reconoció el entusiasmo para unirse y venir a una fiesta cultural, social, que es importantísima para la identidad nacional, de cada uno de sus pueblos, remarcó Peinado.
La viceministra de Patrimonio Cultural y Natural, arquitecta Laura Cotí, consideró a los participantes portadores de tradición y guardianes de las fiestas patrias.
Esas manifestaciones son, en esencia, espacios de encuentro y de diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo sagrado y lo festivo, entre la memoria y la creatividad, amplió la funcionaria.
Este tipo de expresión cultural representa una de las más genuinas de la historia viva guatemalteca, un puente que une generaciones y territorios, que transforma la calle en escenarios y el cuerpo en memoria, aseveró.
Son el alma de la comunidad, que conscientes del tiempo y respetuosos del espacio, brindan una buena cara y alegría a la actividad, enfatizó Cotí.
Las agrupaciones recorren las calles de sus pueblos siguiendo el mismo itinerario que tendrá la procesión principal de la fiesta dedicada al Santo o Santa Patrona.
Por el valor histórico, social y artístico 10 Convites figuran como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.
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