El ministro hondureño de Educación, Daniel Sponda, afirmó la víspera que la medida, con una duración inicial de 48 horas, se establece en los departamentos de Francisco Morazán y La Paz (centro), y Lempira e Intibucá, ubicados en el occidente de esta nación centroamericana.
La decisión responde a la alerta roja (evacuación inmediata) emitida por las instituciones de protección civil en las citadas regiones, debido a las fuertes precipitaciones que se han ensañado con Francisco Morazán, cuya cabecera departamental es Tegucigalpa, la capital de Honduras.
Según Sponda, el objetivo es salvaguardar la integridad física de estudiantes y docentes, especialmente en zonas de riesgo como cruces de ríos o quebradas, sobre todo después que el pasado sábado fueron encontrados sin vida dos menores, arrastrados en un barrio de esta urbe por una correntada.
Si este lunes las condiciones climatológicas mejoran considerablemente, el día martes retomaríamos las clases, anticipó el titular de la cartera educativa.
A raíz del temporal, la Universidad Nacional Autónoma y la Universidad Pedagógica Nacional también anunciaron el cese de actividades académicas y administrativas presenciales, y trasladaron las labores a modalidad de teleclase y teletrabajo.
Las lluvias continuarán lunes y martes y se espera que disminuyan a partir del jueves 16 de octubre, de acuerdo con el Centro Nacional de Estudios Atmosféricos, Oceánicos y Sísmicos (Cenaos).
El director del Cenaos, Francisco Argeñal, detalló que el desplazamiento de una vaguada por casi todo el territorio nacional se unirá con una onda tropical, que ingresará al país entre hoy y mañana y dejará abundantes aguaceros.
Lo más recomendable es la suspensión de clases presenciales, pues es difícil controlar a los niños cuando salen de los colegios, dijo el funcionario.
Al menos 11 personas fallecieron y más de 10 mil resultaron afectadas por las copiosas lluvias que azotan a Honduras desde mediados de septiembre, informó el estatal Sistema Nacional de Gestión de Riesgos y Contingencias.
El mal tiempo también dejó unas dos mil personas damnificadas, 347 evacuadas y una desaparecida, además de 32 rescatadas y 65 comunidades incomunicadas, precisó el organismo de protección civil.
Las inundaciones causaron daños en carreteras, puentes, cultivos agrícolas, así como deslizamientos y derrumbes en zonas urbanas y rurales, entre otras incidencias.
En un programa televisivo, el alcalde de Tegucigalpa, Jorge Aldana, explicó que el Distrito Central (integrado por esta capital y la ciudad gemela de Comayagüela) declaró el estado de emergencia debido a la saturación de los suelos e inundaciones.
Aldana explicó que, solo en el último mes, la capital recibió más de 500 milímetros de lluvia, superando incluso los niveles registrados durante la tormenta Agatha (2010).
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