La Misión de Estabilización de Naciones Unidas en la RDC (Monusco) acogió con beneplácito la convocatoria efectuada el pasado 10 de octubre, mediante la cual exhortaron a las FDLR a entregarse a las autoridades congoleñas o a la propia fuerza de la ONU.

“Hemos tomado nota del comunicado y seguiremos coordinando con las autoridades congoleñas para comprender mejor sus expectativas e identificar modalidades concretas mediante las cuales la Monusco pueda responder, en estrecha consulta con todas las partes interesadas”, dijeron a Actualité.CD fuentes de la Misión.

Añadieron que este enfoque se ajusta plenamente al mandato de los cascos azules, en particular en lo que respecta al desarme, la desmovilización, la repatriación, la reintegración y la reintegración.

Señalaron que, a pesar de la tensa situación de seguridad, marcada por las restricciones de movimiento en las zonas bajo control de la rebelión de la Alianza del Río Congo-Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23), tienen la disposición de apoyar la repatriación voluntaria de los miembros de grupos armados extranjeros.

El asesor del presidente de Estados Unidos para África, Massad Boulos, también respaldó el llamamiento del Ejército congoleño y consideró que es un paso decisivo en la implementación del Acuerdo de Paz de Washington entre la RDC y Ruanda.

El vice primer ministro y titular de Asuntos Exteriores de Bélgica, Maxime Prévot, igualmente manifestó satisfacción por la convocatoria a todas las facciones de las FDLR para que depongan las armas.

“La prohibición de cualquier colaboración entre las Fuerzas Armadas de RDC y las FDLR, y la imposición de severas sanciones en caso de violación de dicha colaboración son también cruciales”, sostuvo el diplomático.

Añadió que es esencial que estas decisiones inequívocas se traduzcan en acciones concretas sobre el terreno y que todas las partes contribuyan plenamente a los objetivos del Acuerdo de Paz de Washington.

El Ejército instó a las FDLR a entregarse a las autoridades congoleñas o a la Monusco con vistas a su repatriación a Ruanda, además de advertir contra cualquier resistencia y reiterar que el “desarme mediante la coerción o el uso de la fuerza” podría implementarse.

Las autoridades militares congoleñas, que no especificaron los términos ni el plazo para un posible desarme, también prohibieron a sus tropas colaborar con las FDLR, bajo pena de severas sanciones, y alentaron a la población a desvincularse de los rebeldes ruandeses.

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