Bolsonaro presentó la solicitud al juez Alexandre de Moraes, del STF, y, según su defensa, el evento es «estrictamente familiar y restringido», destinado a celebrar el aniversario de debutante de su descendiente.
«La reunión será sencilla y privada, con la presencia de algunos amigos cercanos de la cumpleañera y amigos de la familia que asisten regularmente al evento», explicaron.
Entre los invitados figura la senadora Damares Alves, madrina de la joven, Rosimary Cordeiro, y otras seis personas que, de acuerdo con los abogados defensores, conforman «el grupo de oración que se reúne allí regularmente».
La lista no incluye a los amigos de la cumpleañera, todos menores de edad, que también asistirán a la cita, añadieron.
También la defensa solicitó a De Moraes autorización para una «corta estancia» entre el viernes y el domingo de un amigo de la familia residente en Sao Paulo.
Esta semana, De Moraes denegó la solicitud de la defensa de Bolsonaro de revocar la reclusión en casa.
Tal decisión reafirma el criterio del magistrado de que las restricciones impuestas continúan siendo indispensables ante el riesgo de fuga, la gravedad de los delitos atribuidos y el historial de desobediencia del exmandatario ultraderechista frente a laudos judiciales.
Para el ministro del STF, mantener el encierro en su residencia «es necesario y apropiado para poner fin al peligro significativo de libertad», expresión utilizada en el ámbito jurídico para señalar los riesgos que la liberación del acusado podría representar para la aplicación efectiva de la justicia penal.
El exgobernante fue condenado a 27 años y tres meses de prisión en régimen cerrado por el proceso penal número 2668, vinculado al intento de golpe de Estado perpetrado tras las elecciones de 2022, en las que resultó vencedor Luiz Inácio Lula da Silva.
La medida del juez sigue el parecer de la Fiscalía General, que el 10 de octubre también se manifestó en contra de levantar las restricciones.
De acuerdo con el despacho de De Moraes, el excapitán del Ejército violó reiteradamente las condiciones de su arresto, especialmente la prohibición de uso de redes sociales, tanto de manera directa como por medio de terceros.
La resolución mantiene al expresidente bajo reclusión domiciliaria y deberá continuar utilizando un dispositivo de monitoreo electrónico en su tobillo.
El caso Bolsonaro sigue siendo uno de los más emblemáticos en la historia reciente del STF, marcando un precedente sobre la responsabilidad penal de expresidentes y el alcance de las instituciones frente a los desafíos democráticos.
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