En la cámara baja, la moción presentada por La Francia Insumisa (LFI) recibió el apoyo de 271 diputados, de los 289 requeridos para la mayoría absoluta, mientras que la introducida por Agrupación Nacional (RN) solo contó con el respaldo de 144.

La decisión del Partido Socialista (PS) de no censurar a Lecornu garantizó la continuidad del Gobierno, lo cual desató críticas desde otros campos opositores, como la propia izquierda y la extrema derecha.

Los socialistas justificaron su postura en el hemiciclo con la concesión realizada la víspera por el primer ministro, quien anunció ante la Asamblea en su discurso de Política General la suspensión hasta enero del 2028 de la reforma de la jubilación y su polémica extensión de la edad de retiro de 62 a 64 años.

Sin embargo, advirtieron que con su posición no ofrecen un cheque en blanco a Lecornu, amenazándolo con buscar su derribo o no votar a favor de su presupuesto, a menos que cumpla sus promesas.

La jefa de la bancada de LFI en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, lamentó que solo faltaran 18 votos para tumbar al Gobierno y evocó la “responsabilidad histórica” asumida por la dirección del PS al no acompañar la moción.

También el presidente de RN, Jordan Bardella, criticó a los socialistas, y los consideró culpables de los “sufrimientos” que vendrán bajo la continuidad del primer ministro aliado del presidente Emmanuel Macron.

En las votaciones, el partido oficialista Renacimiento y sus aliados Movimiento Democrático y Horizontes rechazaron en bloque las mociones, apoyadas igualmente sin fisuras por LFI y RN, en el caso de la iniciativa insumisa.

Dentro de los socialistas, siete diputados ignoraron las indicaciones de la cúpula de la organización de no respaldar la censura.

El primer ministro reaccionó a su victoria con un llamado a trabajar y al debate, consciente de que sigue en la cuerda floja.

Lecornu fue ratificado en el puesto el 10 de octubre por Macron, apenas cuatro días después de renunciar, convirtiéndose entonces en el jefe de Gobierno más efímero de la V República, la cual inició en 1958, con solo 27 días de gestión, y en el tercero que caía en 10 meses, después de Michel Barnier en diciembre y de François Bayrou el mes pasado.

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