“Invierte en tus atletas desde una edad temprana. Enseñe a cada jugador los gestos básicos. Practicar tanto como sea posible en los campos. Concéntrese en el estado físico. Organizar campeonatos para todos los géneros y edades” orienta un artículo aparecido en el diario Le Nouvelliste.

No hay nada mejor –subraya el texto- que la competencia y la emulación para formar futuros guerreros, buenos competidores y ganadores.

El fútbol en Haití, desde hace años, y sobre todo en los últimos cuatro, se convirtió en un deporte donde todo depende de la suerte, señaló el rotativo.

Dos semanas antes de un partido, no sabemos si un jugador, de suma importancia, estará disponible y presente en la reunión de selección. Oramos para que otro atleta que brille en el extranjero acepte jugar para el país de sus padres, comentó Le Nouvelliste.

El periódico –considerado el más influyente de Haití- deploró que ya no existen campeonatos, ni centros de capacitación, ni lugares donde formar futbolistas como fue en el pasado la estancia Croix des Bouquets.

“Nada sustituye a los entrenamientos, las secuencias, los automatismos, la condición física, el plan táctico y los mil detalles más que edifican a los grandes equipos”, sentenció Le Nouvelliste.

Haití todavía no cuenta con un colectivo real, solo tienen una asociación de jugadores que tienen en común la sangre haitiana, la pasión por el fútbol y que le exigen hacer soñar a una nación, ellos quieren hacernos sentir orgullosos, y esto es encomiable, concluye Le Nouvelliste.

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