El grupo ingresó al país a través del cruce fronterizo de Jdeidet Yabous, con destino a diversas gobernaciones, entre ellas Idlib, Alepo, Homs y Hama.
Según informó el jefe del Departamento de Inmigración y Pasaportes en el cruce, Abdullah Hassan, se adoptaron todas las medidas necesarias para garantizar un retorno seguro y ordenado, en coordinación con las instituciones competentes.
Precisó que los trámites de entrada fueron simplificados en función de la documentación disponible, conforme a las directrices de la Autoridad General de Cruces Terrestres y Puertos Marítimos.
Los conductores de autobuses y camiones que trasladaban pertenencias de las familias fueron eximidos del pago de tarifas, como medida de alivio económico, aclaró el funcionario.
Según declaró Laila Anbatawi, la funcionaria del Departamento de Retorno y Reintegración, el convoy contó con el respaldo logístico de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y del Acnur en el Líbano, que proporcionaron transporte y asistencia durante todo el trayecto hasta los lugares de destino.
Indicó que los retornados recibirán servicios gratuitos en los centros comunitarios de la Acnur, incluyendo apoyo legal, psicosocial y otras formas de acompañamiento. También se realizan evaluaciones individuales para identificar necesidades específicas y garantizar una reintegración adecuada.
De acuerdo con datos oficiales, más de 114 mil refugiados sirios en el Líbano expresaron su voluntad de retornar a Siria de forma voluntaria. Desde inicios de 2025, más de 238 mil ya regresaron bajo este mecanismo, según informaron recientemente la Acnur y la OIM en un comunicado conjunto. Esta serie de operaciones comenzó a finales de julio con el retorno de 72 personas y continuará en las próximas semanas conforme a un cronograma establecido por las agencias.
El retorno de refugiados sirios constituye un tema de amplio debate en el Líbano, que aún alberga a más de un millón de ciudadanos sirios, lo cual representa una fuerte presión sobre la economía, los servicios públicos y el tejido social del país.
Si bien el programa se realiza bajo criterios humanitarios y con el consentimiento de los refugiados, diversos sectores políticos libaneses abogan por acelerar el proceso como parte de una estrategia nacional para aliviar la carga migratoria.
Desde Naciones Unidas se insiste en que cualquier retorno debe ser voluntario, seguro e informado, y que este mecanismo no reemplaza las soluciones estructurales necesarias para abordar las causas profundas del desplazamiento.
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