Sánchez deberá presentarse en la Cámara Alta para responder a preguntas de los senadores del opositor Partido Popular (PP) sobre el llamado caso Koldo, relacionado con un proceso de corrupción contra el ayudante de un exministro.
Para el PP es una nueva oportunidad de colocar al jefe del Ejecutivo en la palestra pública, incomodarlo y al mismo tiempo, insistir en la exigencia de que renuncie al cargo y convoque a elecciones anticipadas.
De tal forma, la propia organización conservadora deslizó un halo de misterio en torno a la figura que se encargará de hacerle las preguntas a Sánchez, en una estrategia que busca no facilitarte al gobernante preparar sus respuestas probables.
Algunos tertulianos de espacios televisivos señalan, sin embargo, que la principal aspiración del PP debe ser que las intervenciones de Sánchez no se conviertan en un efecto boomerang, cuando su popularidad se recupera con firmeza.
De todas formas, el también líder del Partido Socialista (PSOE) sufre constantes descalificaciones, también de medios afines a la derecha, por las investigaciones a su esposa, Begoña Gómez, y personajes de rango vinculados a la organización de izquierda como un exministro y el hasta hace poco secretario de Organización.
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